13/5/09

azul

Azul.
No temía a nada ni a nadie.
Se limitaba a avanzar, poco a poco y sin volver la vista atrás, sin volverse para asegurarse de que nadie la observaba.
No arrastraba los pies, tampoco los alzaba del suelo.
Simplemente avanzaba, de alguna forma, hacia las aguas tranquilas y heladas de un día tranquilo y helado de diciembre.
Una ola tocó tímidamente la punta de sus pies.
Se paró, sin mirar hacia sus dedos mojados, pintados con esmero de color azul.
A lo lejos, el contorno de una pequeña isla aparentemente inhabitada.
Metió los pies dentro del agua congelada, sin notar apenas el dolor, sin cerrar los ojos, sin dejar de mirar ni un segundo aquella isla hipnótica.
El agua le llegaba a las rodillas y ella seguía sin mostrar nada más que indiferencia.
Poco a poco, su vestido de seda se fue empapando, junto con ella, y seguía sin sentir dolor, sin tener frío, sin gritar, sin mover más que sus pies, pues el dolor más grande y el grito más estridente estaban desde hacía mucho dentro de su cuerpo helado.
Ya ningún dolor podía estremecerla, ningún grito podía hacerla reaccionar.
Todo era azul, sus uñas, sus ojos, sus labios, su cuerpo que poco a poco perdía el control pero jamás tiritaba, el agua que cada vez más insensibilizaba sus músculos y a ella entera.
Una moto rompió el silencio de la escena, llenó por completo la playa con otro grito, más grande que suyo, más ruidoso, más desesperado.
Pero ella no se giró, siguió adentrándose en el mar, sin apresurarse, sin parar, el agua ya le cubría todo el cuerpo hasta la barbilla, y estaba rozando sus labios entreabiertos, estaba llenándole la boca, la estaba ahogando.
Un chico rubio saltó de la moto, la dejó chocar contra el suelo, probablemente aboyándola, pero tampoco miró hacia otro sitio que no fuera ella, se tiró sobre la arena desde el alto muro que la separaba del cemento y corrió mucho y muy rápido hasta tocar el agua, hasta que el agua lo bañó entero y él tampoco tiritaba, él solo la tenía a ella en la mente, le daba igual el frío, le daba igual diciembre.
Pero para entonces ella ya había llegado muy lejos, el agua había entrado en su nariz respingona y pequeñita, y solo un segundo antes de mojar también sus ojos azules había dejado caer una lágrima, que contenía todo lo que no podía expresar en aquel momento, en su suicidio tranquilo y triste, sin la necesidad de que ocurriera nada más, solo que su grito, su cuerpo, su último suspiro se fundieran con aquellas aguas que un día también los habían bañado a los dos, pero nunca de aquella forma.
Cuando él la tocó, su cuerpo ya estaba dentro del agua completamente, ya se habían unido para formar sólo uno, pero él la arrastró hacia fuera, los separó para acercar aquel cuerpo que casi dejó de latir por un segundo al suyo que latía más fuerte y rápido que nunca, y ella se dejó llevar, ahora sí con los ojos cerrados, dejando que la voluntad de cualquier otro se la llevara e hiciera de ella lo que quisiera.
Él, con el cuerpo frío pero aún con fuerzas para salvarla, la dejó tendida en el suelo y cayó al lado, la reanimó, la abrazó para calentarla, para devolverle el color a aquellas mejillas que siempre habían sido alegres, y entonces eran pálidas y azules como la muerte.
Ella abrió los ojos, volvió en si y le miró, miró al hombre que más había querido y al que más daño había hecho, y levantó la mano para acariciar su cuerpo, si cara, su pelo, y el la besó como nunca la había besado, diciéndole sin palabras que no quería separarse de su lado.
Muchos años después ella lo recordaría como un episodio más de su vida, el día que perdió la cabeza y estuvo a punto de desaparecer como si nunca hubiera existido.

10/5/09

canción

Quiero escapar de todo, voy a olvidar quien soy
quiero empezar de cero y no saber adonde voy.
Recuerdos y mentiras que no sirven de ná
ahora me he dado cuenta y no me dejan despertar.

Olvido mis maletas, y lo que hay dentro de ellas
voy a soñar despierto que no existen más bellas,
que las canciones que me salen al mirarte
sé que no puedo pero intentaré olvidarte.

Me quitas mis sentidos,
me quitas la razón,
me dejas solo y triste
y solo quiero oír tu voz.
Silencias mis ladridos,
rompes mi corazón,
y todo lo que tengo es una canción..

Que no tiene sentido,
que me deja sin comer,
que no me da pa’ más,
que aun tiene que florecer,
que recoge mi camino,
y me lo tira a la mar,
sé que no lo ha vendido
porque ná le iban a daaaaar...

Rompo con las cadenas, que me han atao’ a tus ojos,
quiero vivir sin ellas pero así me quedo cojo.

Tengo la sensación
de que el eco de mi voz
me ruega que vuelva
y me taladra la cabeza.

Voy a intentar amanecer,
me agarraré hasta enloquecer.
(a la imagen de tu boca)

Voy a seguir mintiendo
hasta que me quede tieso .
(si así me pides un beso)

No seré más que un perro en la basura.
No veré el límite de la locura.

Sintiendo tus latidos,
rocían mis sentidos.
Con polvos mágicos que no se fían de los vivos.

Recuerdo tus caderas,
el calor me desespera.
No encuentro el sitio pa’ sentir alivio, solo alivio.

1/5/09

pero seguiré siendo yo,
con mis cosas buenas y mis problemas.
con mis tonterias, mis locuras.

nada ni nadie cambiará eso