26/10/09

mirándote

y es así de fácil; todas las palabras que inundaban como mares estos parajes, estan ahora en tus ojos, destino de los míos, repitiéndote una y otra vez un mensaje claro y estúpido, tan racional como irracional, tan sencillo como complejo a la vez...
ya no necesito gritar de otra forma lo que me haces ver.
sólo fundiendome contigo, olvidando el resto del universo, soñando a través de tus ojos, puedo oler, ver, sentir, escuchar,... todo aquello de lo que me privó tu ausencia.
sólo así, conectados de esa forma, entiendo el mundo, la vida, y su extraña forma de amar.

3/10/09

fin del tercer acto, hasta más ver

se cerró el telón.
yo era el público entero, todos los demás estaban encima del escenario.
y pude ver como alguien hacía de mi, como iba de un lado al otro manipulando mi cuerpo, descontrolada, vacía. pude ver como actuaba sin corazón.
y grité, me levanté de mi butaca, y les advertí a todos de que esa no era yo, de que yo no era así..
pero nadie me escuchaba; todos reían, se enamoraban, se peleaban entre ellos, dormían, se duchaban, eran felices, se desesperaban...
hasta mi yo falso parecía ser normal, y lo era, pero no era yo.

espectadora de mi propia historia, me volví a sentar, para admirar sin más lo que ocurria a mi alrededor, para mirar mis pies avanzando hacia donde ellos querían, no hacia donde yo deseaba...

y así sigo, dejando pasar el tiempo, viendo nubes perseguirse sin consuelo, soledades en noches de octubre, ojitos tristes sobre sonrisas falsas, lágrimas secas y mentirijillas con doble fondo.

a veces todo es tan irreal, que necesito pellizcarme para saber que sigo siendo yo.

Soledad

Aquí estoy.
Cógeme de la mano y llévame sin rumbo,
estoy segura contigo, sé que así nadie me hará daño.

Enséñame a ser fuerte, a no buscar más abrigo que tu manto predecible.
A no engañarme con palabras frágiles de apoyo, a tener claro mi camino y seguirlo sin más dudas.

Aquí estoy.
Guíame por donde solo tu puedes,
sin advertirme de tristezas y melancolías.
Sabré cuidarme contigo.

Ayúdame, y no me dejes tu tambien, pues después de todo, tu sinceridad amarga es lo que me he buscado, y lo único que me queda.

Aquí estoy, soledad.
Cógeme de la mano y llévame sin rumbo,
estoy segura contigo, sé que así nadie me hará daño.