26/2/10

Desperté.

Primero un pie. El suelo está muy frío y lo agradece mi pie derecho. Luego la pierna izquierda apunta al cielo y se presenta junto a la otra, haciendo que mi cuerpo, por lógica, se arrastre hacia arriba, mi pelo revuelto caiga encima de mis hombros, mis brazos se estiren intentando alcanzar las nubes, mi espalda se curve recuperando la flexibilidad, mis ojos se abran descubriendo un nuevo dia y mis labios suelten un gritito de felicidad y a la vez nostálgia hacia mi camita cómoda y perfecta.
¿Y qué se hizo de todas aquellas grandes ilusiones que cabían en un mensaje, en un par de palabras, en una simple mirada o en gritos desde un balcón?
Se desvanecieron, y otras ocuparon su lugar, cogiditas de la mano para no perderse, pues en cadena van unas siempre precediendo a otras.
¿Y qué se hizo de todas aquellas pequeñas penas que parecían avismos?
Se desvanecieron tambien, pues cualquier tonteria puede modelar nuestra alma.

Siento impotencia por ser tan susceptible, por saber que cada segundo me afectará, para bien y para mal, y a la vez decidirá mi camino.
Pero tambien, me alegro. Pues sé que, gracias a ello, viviré más intensamente cada segundo que me quede, y siempre siempre me fijaré en todo.

Un pequeño precio que pagar por vivir hasta que se agoten la pila...

6/2/10

Cuanto cabe en un abrazo

Crear el centro de un universo propio, elitista, pues solo permito que quepamos tu y yo dentro, y sentir que todo lo demás sigue girando, continúa vivo, pero no me importaría si no fuera así, pues ahora ya no existe lo que está fuera de ese pequeño universo, y así vivir, sentir, oler, gritar, dormir, abrazarte, y dejar que pase el tiempo que quiera, que se turnen el Sol y la Luna para vernos, que atónitas, las hormigas hagan cola para observar como es posible que dos cuerpos se fundan en uno sin más, pues nuestra energía hace crecer flores de tierras bañadas en sal, hace surgir cariño del odio más profundo, humedad de la tierra seca, alegría en el rostro más triste, música de una guitarra sin mástil.
Y aún no comprendo como puede existir algo más bonito que pasear de vez en cuando por ese universo, saltándo juntos de planeta en planeta, sin lastimar, con cuidado, y de golpe echar a volar a la vez sin aviso previo, porque no hace falta más para ser tan inmensamente feliz.