24/11/10

Un rayito de luna

Abrir los ojos. Desconcertada, buscar algún lugar donde agarrarme, y de pronto encontrarme sujeta por un rayo de luna. Y desnuda, elevarme moviendo tan sólo la punta de la nariz, salir por la ventana y que el cálido frío de mi noviembre más agridulce me acarície, me de los buenos días y me bañe entera. Verme de golpe encendida, con llamas heladas recorriendo mi cuerpo, hasta la raíz, perpleja de tanta pasión.
Volver. Poner la punta de mis deditos en el frío suelo. La realidad.
Mirar por la ventaña, y añorar ese rayo de luna, desear volver a elevarme y sentir, sólo sentir.
Sonrío. Aquí va a estar mi luna llena, siempre que yo quiera.

16/11/10

Mi campito verde y gris.

No me hagas mucho caso
no ves que sólo tengo esta guitarra como abrigo
y tengo mucho frío.

No me hagas mucho caso
cuando te pido que vuelvas, amor mío.
Es esta soledad que me mata.

Y siempre estuve aquí, y no sé donde ir,
y ahora todo me parece extraño
pues ya no estás a mi lado,
pues ya no estás a mi lado.

No me hagas mucho caso,
yo nunca fui nada bueno para ti,
sólo algo insignificante.

Sé que no debo huir,
pero tus ojos me matan y no puedo
sobrevivir.

Y siempre estuve aquí, y no sé dónde ir
y ahora todo es complicado
pues ya no estás a mi lado,
pues ya no estás a mi lado.

Mi campito verde se marchitó
y no me quedan más recursos.
Tendré que salir, con seis cuerdas lejos de aquí.

Mi campito verde se marchitó
no quiero darte más disgustos.
pero si quieres venir,
sabes donde fui...

Detrás de mi casa hay un
campito de amapolas y
bichitos como yo, que nunca hablan de amor.

Yo me voy con mi guitarra
donde nunca hace ni frio ni calor
donde nunca busque el Sol...

Nos vemos allí, en mi campito verde y gris.

13/11/10

Freedom.

Con los pies en el suelo y las manos levantadas. Intentando unir el cielo y el suelo con las puntas de mis dedos. En estado ingravitto, casi.
No puedo estar más llena. Quizás aquellas cuerdas que me até yo misma eran cómodas y me impedían caer, pero con ellas no podía ver la belleza del mundo. Ahora que las he desgarrado, soy feliz. Puedo verlo todo, sentirlo, tocarlo con mis manos y saber que es real, que soy capaz de llegar.
Me he superado. Y ya no busco campos verdes detrás de mi casa.
Porque tengo un campo verde dentro de mi, y ya no se seca jamás.
Lo he comprendido, no debia buscar fuera de mi lo que solo puede estar en mi misma.
Da igual que todos los campos estén secos, fríos, negros, calcinados. Porque con el mío puedo hacerlos florecer de nuevo, sé que puedo.
Ahora que he podido alcanzar esta libertad, soledad al fin y al cabo, pero en compañia de mi misma, no la dejaré por nada del mundo.
Ahora sé hasta donde puedo llegar y no tengo miedo, no puedo perder nada si sólo (o solo) me tengo a mi misma.