27/6/10

Mírame; puede que sea yo.

Hoy he hecho el amor.
He escrito con susurros en las paredes de tu alma.
He acariciado mares que bramaban solitarios en tu vientre.
He pintado millones de estrellas en tus ojos, para que brillen un poquito más.

Hoy te he mirado a los ojos y he comprendido el mundo.
Hoy, sin tocarte, te he hecho el amor.

20/6/10

La paz.

La paz.
La paz no eran tus ojos, que ni tan siquiera me guiaban.
Ni tus manos buscándome, ni tu lengua impulsando la mía.
La paz no eran aquellas palabras que me escribías, aquellas miradas en cualquier parte, los besos que me daban la vida.
Aquello no era paz. Sí que era vida, era amor, lo era todo.
Pero no paz.

La paz era yo. Soy yo.
Nunca dejé de existir, aunque me escondí mucho tiempo.
La paz son mis manos creando vida en éste mísero blog, son mis ojos susurrando versos a cualquiera que los encuentre, son mis labios sonriendo tímidamente a quien les conteste.

La paz lo es todo, todo lo que yo quiera. Es mi paz, y la de quien quiera.
¿Tu querías ser mi paz?

19/6/10

Odio.

Qué le voy a hacer. Yo no sé odiar.
Nací con ésa carencia.
Mis ojos no saben enfurecerse de rabia hasta casi llorar, mis labios tampoco saben apretarse hasta hacerse sangre. Tampoco mis brazos se estremecen de furia y tiemblan sin cesar.
No sé llorar de impotencia.
No sé abandonarme y dejar que el mundo siga, sin mí.
Yo no sé hacer daño, ni dejar de preocuparme por el mundo.
Yo no sé odiar por temor. Ni por amor.

Pero estoy aprendiendo.
¿Que es muy triste? Lo sé. Pero no es más que un caparazón de papel que se deshará en las próximas lluvias, o cuando la próxima bocanada de aire sepa a hierba o a tu pelo.

15/6/10

Manipulados.

Nacemos en blanco.
Somos como un lienzo dobladito, un cuaderno vacío, una guitarra sin cuerdas aún.
Poco a poco, construimos una forma de ser y ver las cosas, la "nuestra". Pero, ¿de dónde salen éstas si nosotros nacimos vacíos?
Cada segundo nos forma, nos educa. Todas las personas que conoceremos a lo largo de la vida, todo lo que nos ocurra, lo que decidamos, lo que se nos pase por la cabeza. Absolutamente todo, nos enseñará algo más.
Por ello somos individuos únicos, nadie puede coincidir con otro al 100%, pues el primero no habrá vivido ni sentido exactamente lo mismo que el segundo.
Entonces, ¿podemos decir que realmente nadie es libre? ¿Somos esclavos de todo?
Ni tan siquiera un ermitaño que viviera solo en una cueva solitaria de una montaña sería completamente libre, pues, aún estando sólo y sin depender de las demás personas, el hecho de vivir en un lugar concreto y el seguido de casualidades que le ocurrieran, harían que él mismo fuera esclavo de todos esos acontecimientos, del azar, supongo.
Aún así, claro que somos libres, a mi parecer. No podemos decidir dónde nacer, ni todo lo que nos pase en la vida. Pero sí podemos moldearnos, a partir de lo que han creado las casualidades, para poco a poco convertirnos en mejores personas (o no). Pero incluso esa formación diaria tendrá influencias de todo. Todo está conectado.
Eso me hace pensar. Un ligero gesto, cambiar de acera un momento concreto, sonreir a otra persona, decidirte a preguntar, dar el primer paso, callar, no coger ese bus. Todo, absolutamente, es importante. Y cambiará tu futuro, y el de los demás, por supuesto.
La vida es más compleja de lo que parece, pero en definitiva, el verdadero reto es simplificarla.
(Acabo de robar dos frases a dos grandes hombres, uno real, otro imaginario, pero qué importa, si no creo en la propiedad privada!)

14/6/10

Mi brote verde.

Se fue el verde de los campos de detrás de mi casa.
¡Ya me extrañaba a mi que esos campos estuvieran tan alegres!
Hoy volvieron a su tono marrón amarillento al que nos tenían acostumbrados.
Pero no importa, porque sólo con que un pequeño brotito verde se mantenga derecho, ya habrá valido la pena.

Hoy me fijé bien, y una sombra caminaba entre los poquitos brotes verdes que aún quedaban. De hecho eran dos sombras, unidas, fundidas en una. Pero desaparecieron poco a poco. Primero, se separaron. Luego desaparecieron sin más. Una de ellas caminaba y punto. La otra, despacito, se iba girando para asegurarse de que todo era cierto.

Y el último brote verde, desapareció con ellos.

No hay más campos detrás de mi casa, no. Y detrás de esos campos, descubrí no hace mucho otro campo, de golf. Pero sé que existen otras casas, lo sé.
Algún dia tendré el valor de mudarme, sólo para descubrir otro brotecito verde, que me devuelva la sonrisa de nuevo.

1/6/10

Mi barquito.

Quiero empujar mis penas
en un barquito de papel
para que surcando los mares
alguien se encuentre con él.

Que quien quiera las cuide y las ame
ya que yo no lo supe hacer.
Si no sé cuidar de mi misma,
¿cómo las iba a deshacer?

Y si el barquito entre olas amanece
y se despierta entre peces al amanecer,
aún así mis penas vivirían,
pues la pena es más eterna que el querer.