21/8/11

Amelie.

Hay silencios que nos acompañan el resto de nuestras vidas.
Hoy sé que cada vez que deje de ser yo por un instante, sabré qué hacer, cómo recuperarme.
En silencio, sin una sola palabra, gesto ni explicación, extenderé mis manos, como si pudieran abarcar un mundo entero, me recordaré a mi misma de qué son capaces, sabré explicarme hasta donde puedo llegar si sé quien soy.
Quizás no sea tan importante quien soy. Pero sí quien no soy.

Hoy sé que no soy un flan, ni una alcachofa, ni siquiera un globo lila relleno de helio.
Hoy sé que voy a vivir cada instante de todas las formas posibles, a volver a ser parte del universo.
No voy a dejar de ser una metáfora en mi misma. Y aunque algún dia no me de igual diciembre, aunque vuelva a sentir frío en las pupilas o se me olvide la parte de mi que nunca podría estar rota, seguiré existiendo, seguiré siendo y no siendo al mismo tiempo.


Hoy siento que el mundo en si mismo es maravilloso. Miro mis manos, y deseo poderlo abarcar entero poco a poco.

10/8/11

Cajas.

Y si cada uno tiene su caja llena, no hay más que hablar.
Y si una de las dos cajas rebosa, ya se encargará él de vaciarla.
Y si uno de los dos ha perdido la suya... allá él.

-¿Y qué pasa con el que tiene demasiado vacía su caja?, pienso a veces.

Hay situaciones que no dan más de si. Podríamos intentar imaginar tres millones de finales distintos de un idilio, una muerte o una tarta y aún así no dejarían de ser finales.
Y probablemente, por defecto, finales tristes.

Todos tenemos cajas medio vacías, medio llenas. Todo se basa en enterrarlas de una puñetera vez, y así fluir.
Así volar por encima, sin ninguna cadena en el tobillo.
Así dejar volar hasta la taza del váter el maldito teléfono.
Así sentir por fin que somos capaces de, por lo menos, decidir que esto es un final.

Y decidir, que estamos cansados de boomerangs.

La belleza es tu cabeza.

Llevo dias sin escribir, quizás por que nada me parecía lo suficientemente importante como para hablar de ello, o quizás por que mi cabeza no me resultaba lo suficientemente bella como para escucharla.
Mi vida a veces está tan poco definida como este blog: aunque siempre hablo de mi, nunca acabo de hablar claro. Me sirve como un amigo que entendiera todas mis metáforas. Probablemente visto desde fuera no me gustaria. Y es que este blog es mío. Mío y punto. Soys intrusos, espías, ninjas que entran destrangis para observar lo que yo soy.

Y yo dejo la puerta abierta. Sin candado ni cerrojos. Por que me gusta que me escuchen. Por que me gustaría escucharos.
Por que en realidad es necesario.


Me cuesta mucho entender la belleza, a veces. Puede que aún no haya aprendido a fluir del todo, pero como aprendiz de semi-diosa, super-mujer o cat-woman creo que me merezco un respiro.