"Uno sólo conserva lo que no amarra."
Por eso yo sólo acaricio las cosas, para que sean libres de ir con quien quieran.
Pero la impotencia hace que a veces las agarre demasiado fuerte. Tengo miedo.
¿Vale la pena sentir como el viento remueve tu pelo cuando tiene ganas, lo peina, lo despeina, te saca a bailar o te hace chinchar un poquito, si cuando eres tú quien quiere bailar, desaparece?
El viento, que siempre fue aliado, que siempre me quiso, que siempre se dejó tocar. Y ahora no es él. No deja de irse, y sólo veo su espalda. Tengo más miedo.
Quizás sea el momento de girarme yo también. Y entonces, espalda contra espalda, sabremos qué hacer.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada