Nacemos en blanco.
Somos como un lienzo dobladito, un cuaderno vacío, una guitarra sin cuerdas aún.
Poco a poco, construimos una forma de ser y ver las cosas, la "nuestra". Pero, ¿de dónde salen éstas si nosotros nacimos vacíos?
Cada segundo nos forma, nos educa. Todas las personas que conoceremos a lo largo de la vida, todo lo que nos ocurra, lo que decidamos, lo que se nos pase por la cabeza. Absolutamente todo, nos enseñará algo más.
Por ello somos individuos únicos, nadie puede coincidir con otro al 100%, pues el primero no habrá vivido ni sentido exactamente lo mismo que el segundo.
Entonces, ¿podemos decir que realmente nadie es libre? ¿Somos esclavos de todo?
Ni tan siquiera un ermitaño que viviera solo en una cueva solitaria de una montaña sería completamente libre, pues, aún estando sólo y sin depender de las demás personas, el hecho de vivir en un lugar concreto y el seguido de casualidades que le ocurrieran, harían que él mismo fuera esclavo de todos esos acontecimientos, del azar, supongo.
Aún así, claro que somos libres, a mi parecer. No podemos decidir dónde nacer, ni todo lo que nos pase en la vida. Pero sí podemos moldearnos, a partir de lo que han creado las casualidades, para poco a poco convertirnos en mejores personas (o no). Pero incluso esa formación diaria tendrá influencias de todo. Todo está conectado.
Eso me hace pensar. Un ligero gesto, cambiar de acera un momento concreto, sonreir a otra persona, decidirte a preguntar, dar el primer paso, callar, no coger ese bus. Todo, absolutamente, es importante. Y cambiará tu futuro, y el de los demás, por supuesto.
La vida es más compleja de lo que parece, pero en definitiva, el verdadero reto es simplificarla.
(Acabo de robar dos frases a dos grandes hombres, uno real, otro imaginario, pero qué importa, si no creo en la propiedad privada!)
3 comentaris:
estic absolutament d'acord amb tu i el teu blog és apostuflantment bonic! :)
stic d'acord amb la yas jeje
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