14/5/14

Viajes en nube

No podré visitarlos todos, pero pienso vivir como si pudiera. Es más, pienso ser cada uno de esos lugares maravillosos que sin saberlo hacen de nuestros cuerpos tan cortamente extensos algo infinito, cósmicamente enorme, maravilloso. Voy a ser cada una de las personas que encuentre, por un momento. Voy a ponerme en la piel de una hormiga (meh), voy a saltar por lo menos una vez como haría un pingüino en aguas gélidas, voy a verme en cada nube y a sentirme un poco en todas partes, sintiendo a la vez todas las partes dentro de mí. Y después me marcharé.

Cuando acabe la aurora boreal no la extrañaré. Cuando se disipen las nubes apocalípticas, no esperaré a que vuelvan. Cuando acabe nuestro eclipse, no voy a sentir dolor. Porque sabré retirarme igual que hace la vida, igual que sabe hacer cada fenómeno cuando simplemente ya han acontecido sus causas. Y mi ego no va a ser más grande que mi naturaleza, por lo que me dejaré partir cuando así lo requieran las cosas.


Quizás el mayor aprendizaje que he podido hacer hoy es que, en realidad, todo va a ocurrir de una manera u otra, y realmente no será tan importante como anticipé.
No voy a volver a despedirme, no sabría que decir.





Se me ocurre, por ejemplo:
soy un enlace bonito!