Estoy cansada de ver que la gente no sabe fluir, que no quiere dejarse llevar, que no puede ser feliz.
¿Te has preguntado alguna vez a ti mismo qué te apetece hacer hoy?
Pues ya va siendo hora de escucharse, de pensar en uno mismo.
El día en que me di cuenta de que yo iba a ser la única persona que estuviera a mi lado del primer al último día de mi vida, entendí que debía quererme como a nadie.
Sólo si aprendemos a querernos estaremos capacitados para querer a los demás. Quien tiene problemas consigo mismo tan sólo puede aportar problemas a quien esté a su lado, pero si somos conscientes de que tenemos derecho a ser felices, a decidir lo que queremos y a fluir, por encima de lo que nos dicten los demás, seremos capaces de hacer felices a los que estén a nuestro alrededor.
Hay que proyectar la luz que tenemos dentro, para conectarnos con el resto de personas, y con el universo. Cada segundo tiene ínfimas posibilidades, oportunidades infinitas para ser feliz, para aprender, conocer, compartir, conectar, SER. Si no exprimimos cada segundo, acabaremos nuestras vidas sintiéndonos culpables por no haber sabido hacernos felices. ¡Nadie puede saber mejor que uno mismo que es lo que le hace feliz!
Por todo esto, estoy orgullosa de haber sabido escucharme, de haberme conectado a mi misma para poder entender que soy yo. Porque soy infinitas cosas, pero sobre todas ellas SOY.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada