Alba Luz.

Me gusta como soy. Cambio, desvarío, me río de mí misma y de mis instintos, soy algo endeble y más fuerte de lo que parece. Me amo y amo en general a todo lo que me rodea. No suelo ser constante en muchas cosas, pero cuando descubro me agarro con tanta fuerza que puedo llegar a fusionar esencias, sin pretender en ningún caso apropiarme o dejar de ser.

Disfruto de todas las hojas que veo caer. De la nieve, del viento que mece, guía y arrastra, pero sobre todas las cosas, de los rayos de sol que iluminan nuestras almas.

Alba Luz.

Fue una pequeña broma, y de pronto... ¿por qué no? Todos somos luz. Todos podemos proyectar lo que tenemos dentro, lo que nos llena, lo que sentimos. No hablo de creencias dogmáticas. No hablo de sucesos paranormales ni de mitos. Hablo de energías.

¿Y qué es la energía? Algo indescriptible, que corre por nosotros como la sangre. Algo que debemos cuidar. En contacto con los demás es pura magia, es vida. No nos afecta, nosotros la modificamos. Es el puro reflejo de lo que somos, y fluye por nuestro cuerpo constantemente.

Una vez hablé de hilos que se entrelazan, que crean conexiones, que nos unen y nos atan al mismo tiempo a las personas que conocemos. Hablé de que al cruzarte con alguien por algún camino, un pequeño hilo se extiende, y por un segundo la imagen de cada uno se muestra en la mente ajena. Y si ese hilo es fuerte, la imagen perdura. Hoy creo más que nunca que esos pequeños hilos, esas conexiones son pura luz. Luz que proyectamos a nuestro alrededor, a través de miradas, sonrisas, pequeños gestos.

Quien no está abierto a experimentar, nunca podrá sentir. No hace falta creer, ni buscar, ni ilusionarse. Simplemente hay que amar para encontrar. Es el único modo de disfrutar el camino finito por el que volamos, de encontrarle algún tipo de sentido aunque no haga falta y realmente no lo tenga.

Mucha paz, y luz. Os quiero :)